Las obras empezaron el 1 de mayo de 1898. El obispo Tomás Cámara fue el impulsor del proyecto para el que se pidió colaboracion económica del pueblo salmantino. La ubicación del templo, junto al río Tormes, dificultó la cimentación del mismo elevando su coste y haciendo imposible su finalización.
En 1933, durante la II República, las obras se detienen definitivamente. El templo cuenta con más de 3100 m2, naves de once metros de altura y numerosas capillas laterales.
No es hasta 2007 cuando el Obispo de Salamanca Carlos López Hernández replantea la obra con el arquitecto Ricardo Pérez Rodríguez-Navas, reiniciándose las obras inmediatamente, con el objetivo de cubrir el abside y el presbiterio hasta el crucero. La idea de transmitir la espiritualidad cristiana se representa arquitectónicamente con la luz de las vidrieras que adoran la parte superior del templo, todas ellas con imágenes de la vida de Santa Teresa de Jesús y otras mujeres santas.
A principios de 2010 las obras vuelven a paralizarse, quedando pendiente posteriores fases que finalicen definitivamente el templo. Hoy existen más de 1000 m² cerrados que piden utilizarse para cualquier evento de tipo religioso.
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